Las alegaciones a los costes del servicio de autobuses de Santiago retrasan el nuevo contrato

r. m. SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

XOAN A. SOLER

Sin licitación todavía, la renovación definitiva de la flota quedaría para el 2026

02 may 2024 . Actualizado a las 20:43 h.

La licitación del nuevo servicio de transporte urbano se demorará de nuevo y en ningún caso se resolverá ya para este año, lo que implica que la renovación definitiva de los autobuses no llegará, más que probablemente, hasta el 2026. Hasta entonces, los compostelanos tendrán que seguir sufriendo el mal estado de la mitad de la flota que no se ha sustituido todavía por autobuses de alquiler. Y seguir asumiendo también el coste millonario que está suponiendo esa suplencia, aunque esa factura podría subir todavía más: hay vehículos que quizá no soporten el largo horizonte que queda aún para el nuevo contrato.

El estudio de costes del que está pendiente la apertura de la licitación del nuevo concurso no ha pasado sin más el trámite de exposición pública al que estuvo sometido el último mes. Dos empresas del sector, Arriva y Avanza, han planteado alegaciones, con lo que la posibilidad de remitir directamente dicho informe a la Oficina Nacional de Evaluación para que lo valide, si fuese el caso, se ha evaporado. El Ayuntamiento deberá valorar y resolver primero esas objeciones. Y ese es un proceso que no se resuelve en días.

El plazo de exposición aún terminó la semana pasada, con lo que la fase de valoración de esas alegaciones todavía está empezando. Y hasta que no haya concluido, el informe de costes no tomará el camino de Madrid, para someterlo al criterio de la Oficina Nacional de Evaluación, cuyo pronunciamiento es preceptivo para poder convocar el concurso. Este organismo dispone de un mes para pronunciarse, aunque ese plazo podría prolongarse si debe hacer requerimientos al Ayuntamiento para que aporte nueva documentación o explique detalles del documento.

Ese es un proceso donde es difícil calibrar en qué plazos se moverá el Ayuntamiento. Al anterior gobierno municipal se le hizo larga la relación con esa oficina por los requerimientos para lograr su visto bueno antes de poder licitar el contrato. Aquella licitación resultó finalmente frustrada por la formulación de varias alegaciones al pliego y la decisión del bipartito de abrir un nuevo concurso, después de tomarse su tiempo para decidir si la anulaba o adaptaba los pliegos en los puntos que había cuestionado el Tribunal Administrativo de Contratación Pública.

En este contexto, la apertura del nuevo concurso no será ya antes del verano. Y eso aleja definitivamente la adjudicación del 2024. Este tipo de contratos (137 millones para 13 años, aunque puede llegar a 286 millones con prórrogas y ampliaciones de servicio) suelen tener una concurrencia elevada y la lupa muy encima de todo el proceso. El contraste de las ofertas suele ser largo, con lo que hasta el 2025 no habrá nueva contratista. La marcha del proceso, una vez que se pueda licitar, dirá a qué altura del año, pero lo que ya parece más que claro es que la nueva flota, la que se ha de encargar específicamente para la ciudad, no estará hasta el 2026. La adjudicataria tendrá un año para aportarla. Eso sí, en los primeros meses deberá renovar provisionalmente la actual. No ha de ser con buses nuevos, pero supondrán una mejora, y un respiro para las arcas municipales, que asumen el alquiler de 23 autobuses para el servicio con un coste anual de 1,3 millones.

Menos líneas, pero más cobertura territorial

El transporte urbano no solo está en cuestión por las carencias evidentes de su flota, ahora solo de la mitad desde que el Concello alquiló en dos operaciones distintas (una en el mandato anterior y otra en este) 23 vehículos para retirar otros tantos. También arrastra las deficiencias de programación y actualización tecnológica de un contrato que venció en el 2016. De ahí que el nuevo vaya a llegar con un notable incremento de costes, pero también de nuevas prestaciones asistidas por los avances tecnológicos desde entonces y con una nueva organización que tenga en cuenta el crecimiento de la ciudad en los últimos años y las nuevas demandas en movilidad.

Habrá menos líneas, lo que implica recorridos más largos en algunos casos y más frecuencias, pero Raxoi asegura que traerá mayor cobertura territorial (habrá tres líneas para el rural que conectarán con las urbanas para acceder al centro), se reforzarán los servicios de las áreas industriales y se habilitará una ruta nocturna varios días a la semana, además de crearse una línea específica entre los bordes de Milladoiro y Oroso. El aeropuerto recuperará la conexión directa con la ciudad, y el servicio para el ámbito del casco viejo y su entorno inmediato tendrá tres buses de menor tamaño.