Siete finales de liga tranquilos pero muy dispares del Celta desde el 2012

LA VOZ VIGO

GRADA DE RÍO

XOAN CARLOS GIL

En el 2016, cuando se clasificó para Europa, el equipo tenía 24 puntos de margen con el descenso a falta de cinco jornadas; en el 2014, con Luis Enrique, eran seis

01 may 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Frente a cuatro temporadas teniendo que pelear la permanencia hasta el último minuto, hay otras siete desde el ascenso del Celta, en el 2012, en las que el equipo llegó en una situación más o menos desahogada pero, en todo caso, con la continuidad en la categoría asegurada.

En cuanto a la diferencia a estas alturas en esos siete ejemplos, hubo de todo un poco. Desde el equipo ya clasificado para Europa que tenía 53 puntos y 24 sobre el descenso a estas altura en el 2016 hasta los únicamente seis de colchón que tenía dos años antes un Luis Enrique que no pasó ningún apuro y que ganó cuatro de los últimos cinco encuentros de la campaña 2013/2014, la única para el asturiano en Vigo.

El relevo de la tranquilidad

En la 2020/2021 se produjo el único cese que condujo a no pasar apuros hasta el final —a lo que ahora aspira Claudio Giráldez, aunque con mucho menos tiempo para el porriñés de cara a revertir la situación— con la llegada del Chacho Coudet, que había aterrizado en noviembre. Pasadas 33 jornadas, estaba nueve por encima de la zona roja, con 39 e iba a hacer 12 de 15 en la recta final. El propio argentino, un año más tarde, sumaba 38 y superaba en once puntos al decimoctavo; sumó siete de la última media treintena de puntos y tampoco hubo sufrimiento en una temporada que, eso sí, había generado grandes expectativas que no se cumplieron.

Del riesgo de cese a la calma

En el 2015, Eduardo Berizzo sacó el barco a flote sin problemas después de haber estado al borde de la destitución a principios de año. Superado ese trance, era noveno con +13 sobre el descenso a las puertas de la jornada 34 y finiquitó el campeonato con nueve puntos de los quince finales. Dos años más tarde, pese a ser el año de las semifinales de Europa League y Copa, tenía un botín de 44 puntos y estaba salvado; tanto fue así, que se pudo permitir hacer dos de los últimos 15 y finalizar decimotercero.

Por último, Juan Carlos Unzué, con los mismos 44 al curso siguiente y una distancia de 17 con la zona de peligro, no tenía de qué preocuparse, más allá de las remotas opciones de Europa, que era el objetivo marcado que no se pudo cumplir.