«Nove Mares» recalará este sábado en Laxe para abordar la «despensa do mar»

Nove Mares, proyecto que pulsa la cultura marítimo-pesqueira de la Costa da Morte, continúa su navegación por la comarca. Impulsado por la Fundación Pondal con la financiación del GALP Costa da Morte, recalará este sábado 4 de mayo en la cofradía de Laxe. Allí, después de haber abordado ya cuestiones como las romerías, los deportes, los caminos o los oficios de mar, se tratará la despensa, el producto gastronómico del territorio. Como ponentes, Xosé Regueira, vicepresidente de la Deputación da Coruña, quien expondrá el proyecto Fogóns do Anllóns; Jorge Guitián, periodista, divulgador y crítico gastronómico, y Antonio Otín, quien llega desde O Forno de Guísamo, bien conocido por sus Empanadas do Mar. Él traerá el ejemplo de buena práctica. Abierto al público interesado, ya que se trata de recoger el mayor número de sensibilidades, el encuentro está previsto para las 10.00 horas. 

Hace justo una semana, de otro lado, que Nove Mares concluyó en la sede pondaliana el Espazo Xerador de Cultura (EXC) referente a los oficios de mar. Fue con Vicente Feijoo, responsable de la plataforma Galicia Nomeada impulsada desde la RAG, y con Óscar Fuertes, arquitecto responsable de la rehabilitación del astillero de Ciprián, en Outes, y director del Plan de Cultura Marítima. Uno y otro, aunque desde muy diferentes perspectivas, incidieron en la potencialidad del patrimonio marítimo de la Costa da Morte. Toponimia y talasonimia, nombres de mares y océanos, son recursos culturales a cuidar y poner en valor como referente cultural y de identidad. En la creación de esta, tanto el patrimonio material como el inmaterial, dijeron, han de ir de la mano. Detrás de cada nombre de una piedra, de un trozo de costa, de una playa, embarcación o secadero, hay un significado que informa de un pueblo, de su tradición. Sin ese arraigo, no hay sentido de territorio. Cetárea de Barizo, carpintería de O Baladiño, Muíño de Cereixo, Salgadura de Camelle... quedaron sobre la mesa como ejemplos a conocer y poner en valor, como relato con futuro. Apreciar el territorio para ser mejor mañana, antes de que no haya recuerdo: Óscar Fuertes cifró en 200 las carpinterías de ribeira que llegó a haber en la costa gallega, ahora solo quedan 7. Junto con secaderos, salgaduras, conserveras, rampas o casetas de pescadores forman parte de las «arquitecturas do mar». «Galicia ten moito que dicir en cultura marítima no arco atlántico europeo», expuso. 

Feijoo, de su lado, abordó las causas de la desaparición de microtoponimia. El abandono de tareas agrícolas y ganaderas, las aldeas deshabitadas, el fallecimiento de los mayores, que son quienes conservan nombres que no están en los catastros... «En todas as charlas quero facer unha homenaxe ás nosas nais e avoas por conservaren a tradición oral e a microtoponimia, os homes non tiñan esa sensibilidade», manifestó. En el mar los nombres de las piedras se han sustituido por localizadores y GPS y en las ciudades y villas el crecimiento sepulta los viejos nombres. A través de la plataforma Galicia Nomeada, con colaboración ciudadana, lograron recoger mucho, salvaguardarlo. Se habla de unos dos millones de topónimos, con una densidad media de 50 por kilómetro cuadrado (5 en el caso de Valencia, para hacer una comparación). Esto es patrimonio, es relato y es futuro perfectamente complementario con la actividad del mar propiamente dicha, la pesca, de gran importancia en la Costa da Morte. 

---

---

---